📑 Oposiciones magisterio: ¿Cuándo empezar a estudiar?

Oposiciones magisterio, en relación a cualquier especialidad por la que pienses presentarte, puedes preguntarte: ¿Cuándo empiezo a estudiar? «No muy pronto porque me olvido» «No muy tarde porque no me da tiempo» son las principales respuestas.

Yo te diría que…

NUNCA ES PRONTO PARA EMPEZAR

 

 

Sea cual sea el sueño que quieras lograr, sea cual sea la meta que pretendes conseguir, ésta no será fácil, no va a caer del cielo, ni siquiera de un manzano. No es muy probable que, después de que una manzana nos caiga en la cabeza, nos iluminemos y formemos la teoría de nuestras vidas. Newton sólo hay uno, pero eso no significa que no podamos lograr lo que nos propongamos. 

 

Todo comienza cuando decidimos dar un giro drástico a nuestra vida. Piensas que ya está bien de cambiar de trabajos con horarios infernales y mal pagados, o de no conseguir ninguno tras haberte formado durante años y tener un expediente formidable. Decides  preparar la oposición

 

¡Enhorabuena! Acabas de dar el paso más complicado, saber qué es lo que quieres de tu vida. Y ahí es donde comienzan la segunda fase de un opositor… “La duda”. Que no te absorba.

Muchos son los pensamientos desmotivadores que pueden inducirnos a rendirnos. “Hace mucho tiempo que dejé de estudiar”, “soy demasiado joven para intentarlo”, “mi cabeza ya no es la de antes”, “como no tengo experiencia, no tengo opciones”, “no me veo capaz”, etc. Y estos pensamientos nos surgen los primeros cinco minutos tras haber decidido opositar. La duda , el miedo y la falta de confianza en uno mismo son los tres “monstruos” que nos van a rondar durante todo el proceso. ¡No te rindas nunca! Son normales y nos rondan a todos… no son exclusivos.

 

Si consigues que tu cabeza y pensamientos sobrevivan a la primera semana de pensamientos negativos llega la fase tres “La euforia”.

En este estadio nos ocurre justo lo contrario que en la fase dos. Parece que te vas a comer el mundo, piensas que eres invencible y que puedes con todo. La euforia es igual de peligrosa que la duda. Si esta última te desmotiva y te hace abandonar, la euforia hace de ti una persona demasiado confiada. Y ese es el mayor de los peligros de un opositor. Tanto la duda como la euforia nos impiden pensar con claridad.

Pases por las fases que pases, te lo vas a preguntar… 

 ¿Cuándo empiezo a estudiar?

Pues querido opositor, la respuesta es sencilla. ¡Cuanto antes mejor! 

 

 

La duda nos hace aplazar el comienzo de nuestra preparación y la confianza en exceso, aunque sea el sentimiento contrario, el resultado es el mismo. Retrasar el comienzo de la búsqueda de tu sueño y el logro de tus metas. En este punto salen de nuestras bocas expresiones como “Ya empezaré cuando salga la convocatoria” “si no me da tiempo a estudiar los temas me dejaré unos cuantos y a ver que pasa”, “Empezaré a estudiar a partir de… enero, febrero, marzo…,”, “Si no es para tanto, después de Carnavales empiezo”. Y así, cientos de expresiones que nos harán fracasar estrepitosamente en la búsqueda de nuestra deseada y buscada estabilidad.

 

Alguien se imagina a Newton diciendo mientras se comía la manzana “Cáspita, ¿por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmente al suelo? ¿Por qué no cae hacia arriba o hacia un lado, y no siempre hacia el centro de la Tierra? Bueno, mejor lo pensaré en enero… 

Querido opositor, si Newton no esperó, tú tampoco.

 



 

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